sábado, 7 de abril de 2018

Súplica


Apiádate Señor de mi ser impuro y angustiado.
Suelta las cadenas que arrastro y me impiden avanzar.
Libera mi corazón de ataduras y mi mente de recuerdos lacerantes que me hunden y ahogan en mis propias lágrimas.
Descansa mi cuerpo cansado que carga sobre sí las consecuencias de mis malas decisiones.
Levanta el velo que cubre mis ojos y no me deja ver el camino, haciéndome errar los pasos una y otra vez.
Abre mis oídos para que puedan oir y no sólo escuchar.
Dame sabiduría para ser capaz de descubrir la mentira que se esconde tras la voz .
Concédeme prudencia en las palabras Señor, de tal manera que en lugar de herir, aconsejen.

Transforma mi corazón en un hogar humilde donde pueda darte morada Señor y aceptar de esa forma tu voluntad para mí hasta mi último aliento de vida.

Amén
Sandra Leonor

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